
Sus madres no tienen a dónde ir, ni saben cómo salir de la
depresión que genera una pérdida y ambas deciden mudarse con sus hijos para
encontrar el sosiego –en el mismo departamento-.
Las cosas se complican cuándo el amor se confunde con
dependencia y el egoísmo comienza a tomar protagonismo haciendo que estas
señoras hagan las travesuras más desquiciadas para lograr su cometido.